Orgullo CUCEA: alumnos desarrollan proyecto para el sector automotriz

 

Durante los meses de octubre y noviembre de 2018, Carlos Zúñiga, Salvador Ruíz y Miguel Sepúlveda, desarrollaron un proyecto con el que obtuvieron el tercer lugar en el 1er concurso interuniversitario “Automotive Innovation Challenge”, realizado por el Clúster Automotriz de Jalisco.

 

Por la denominación de este concurso, la mayoría de proyectos participantes se enfocaban en la ingeniería. A pesar de esto, con un perfil económico administrativo, el equipo compuesto por los tres estudiantes del CUCEA ganó el tercer lugar. Lo que “es un gran logro”, comenta Taku Okabe, miembro del programa de estudios México-Japón de nuestro Centro Universitario y del Comité Académico del Clúster Automotriz de Jalisco.

 

El proyecto realizado por Carlos, Salvador y Miguel se denominó “Desarrollo del Sistema de Captura y Visualización” y estuvo pensado para su sponsor, la empresa BorgWarner, proveedora estadounidense mundial de componentes y piezas para la industria automotriz y una de las principales empresas de nivel Tier1 de Jalisco.

 

¿Cómo lograron posicionarse dentro de los tres mejores?

Carlos Zúñiga explica que el primer paso fue acercarse a BorgWarner para analizar los problemas que hubiese en la empresa. Dentro de los recorridos que hicieron empezaron a notar fallas relacionadas al sistema de reporteo.

 

Los estudiantes identificaron que a pesar de ser una empresa que trabaja las 24 horas del día y que no puede tener retrasos en el proceso de producción,  se tenía un sistema muy obsoleto de la información. Salió un primer dato: lo que se necesitaba era tener información en tiempo real.

 

Se dieron cuenta que la manera en que se capturaba la información era a través de marcadores y pintarrones; los operarios de cada una de las líneas de producción asistían cada hora de su jornada a escribir en un pintarrón los aspectos relacionados a la producción, como por ejemplo, cuántas piezas habían resultado buenas y cuántas defectuosas.

 

Después, una persona se encargaba de elaborar los reportes de producción, para lo que tenía que visitar varias veces al día cada una de las líneas de producción, fotografiar y transcribir la información de los pintarrones a reportes en la computadora. Proceso que resultaba tardado e inconveniente, ya que muchas veces en los pintarrones el espacio era insuficiente para que los operarios colocaran todos los detalles, por lo que se omitía información o se obstruían espacios destinado a otras áreas, quedando los resultados finales de producción a interpretación de la persona encargada de elaborar los reportes, lo que podía generar contratiempos en la empresa.

 

Además, los reportes de producción sólo se elaboraban durante uno de los tres turnos de trabajo de la empresa. Por lo que los directivos no contaban con la información de los procesos de producción de manera actualizada. “Y si ellos querían tomar una decisión el mismo día en la noche, no podían contar con la información hasta el día siguiente en la mañana”, explica Carlos Zúñiga.

 

“Era una problemática muy grande porque a veces se tenían que tomar decisiones pero sin información de cuántas piezas se producían y cuántas eran buenas, no podían hacerlo porque no podían comprometerse con un cliente a entregarle cierta cantidad de piezas”, añade.

 

Fue entonces que los alumnos pusieron en marcha el motor. El reto fue crear un sistema en el que no se perdiera tiempo en reportar, transcribir y elaborar los reportes de producción y así los directivos de la empresa pudieran contar con la información al momento.

 

El equipo ideó que en lugar de pintarrones, en cada línea de producción se colocaran computadoras portátiles, donde se capturara la información directamente y se utilizaran programas ya existentes. El primero que propusieron fue Teamviewer, que permite controlar y acceder en tiempo real a los archivos de una computadora desde otra distancia.

 

Así, la persona encargada de elaborar los reportes de producción no tenía que acudir constantemente a cada una de las líneas de producción, y cuando ella no estuviera, se podría acceder a su computadora desde cualquier otra para revisar constantemente cómo iba el proceso de producción de la empresa. Con esto, “los directivos podían acceder directamente y ver el documento completo y hacer los análisis para tomar las decisiones en cualquier momento”.

 

Incluso, propusieron utilizar Excel para que los operarios ingresaran de manera más breve los datos de producción y que estos se fueran capturando y almacenando en un mismo documento. Para que toda la información estuviera sincronizada de manera integral, plantearon el uso del servicio de almacenamiento de Dropbox

 

Los tres alumnos forman parte del Observatorio Tecnológico del Instituto para el Desarrollo de la Innovación y la Tecnología en la PYME (IDITpyme) del CUCEA. Para generar su proyecto contaron con el apoyo de su coach, Rogelio Rolando Rico, Coordinador del área de consultorías de este Instituto.

 

Al haber obtenido el tercer lugar, el equipo ganó una placa de reconocimiento, medallas por haber participado y un viaje ecoturístico que incluye la visita a paisajes naturales como cañones, cascadas y aguas termales.

 

En esta primera edición de “Automotive Innovation Challenge”, también participó otro equipo del CUCEA compuesto por Gabriel Ortiz, Daniel Sánchez y Raúl Núñez, quienes obtuvieron el 4to lugar.

 

Además, participaron nueve equipos de diferentes universidades, entre ellas: UNIVA, Tecnológico de Monterrey, Instituto Tecnológico José Mario Molina, la Universidad Autónoma de Guadalajara y la Universidad de Guadalajara a través del CUCEI y el CUCEA. Así como las empresas BorgWarner, Seeräuber Automotive, Pproplas y Mannesmann Precision Tubes.

Este concurso tiene como objeto vincular a los alumnos con empresas por medio de proyectos que les permitan integrar conocimientos y adquirir capacidades requeridas en la práctica profesional, y así cumplir con el planteamiento de triple hélice del Clúster Automotriz de Jalisco en el que participan gobierno, industria y academia.

 

Por Dora Solís
Fotografía: Taku Okabe, PROMEJ de CUCEA