TÓTEM: emprendimiento e ideas de impacto social

Una granja cunícola orgánica dedicada a la crianza y producción de carne de conejo, que permita la accesibilidad de proteína animal a bajo costo para personas que viven en comunidades marginadas, es la propuesta de “TÓTEM”, proyecto de emprendimiento social elaborado por Lucía de Lourdes López Hernández, egresada de Gestión y Economía Ambiental del CUCEA, Rodrigo Hernández Robledo, del CUAAD, Alejandra López de Lara González y Omar Alejandro Martínez Casares, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).

 

El proyecto, que fue seleccionado por Socialab México como uno de los ganadores en la categoría  Ciudades Sustentables y Agricultura/Alimentación, será un espacio lúdico en el que las personas podrán tomar talleres en el huerto y en la farmacia viviente. Las personas aprenderán a manejar la granja como medio de sustento y vender los  excedentes del huerto, como el abono producido a partir de residuos o piel, generando así ingresos propios.

 

Los jóvenes emprendedores desean que la producción de carne de conejo sea libre de hormonas y bajo un esquema sustentable, con la implementación de eco-tecnologías que permitan reducir gastos operativos y se comercialicen otros productos.

 

Un Tótem es un figurilla de animal que utilizan algunas culturas; en este proyecto, es el conejo, que para los aztecas se relacionaba con la agricultura y la luna, pues una de las principales voluntades de los chicos de “TÓTEM”, es rescatar principios y saberes transmitidos por ancestros, refiere Lourdes López Hernández, quien se encarga de la parte financiera (modelo de negocios y contabilización de datos). 

 

Interactuando con habitantes de la colonia El Rehilete, en Zapopan, conocieron algunas necedades que tienen al ser una zona vulnerable, un asentamiento irregular. ¿Cuáles fueron las principales reflexiones a las que les llevó la observación de comunidad? 

 

Más que observación de comunidad, los integrantes de “TÓTEM” piensan que fue un proceso de acompañamiento. “Ellos necesitan el acceso a muchos de los recursos. Y nosotros por vivir en nuestra vida diaria de trabajo, escuela, no nos detenemos a pensar en los demás. Estamos acostumbrados a siempre mirar hacia arriba, pero nunca hacia abajo para ver a los compañeros a los que le podemos echar la mano”. 

 

“En un intercambio de ideas, nos dijeron que les dolía no tener dinero para comprar carne. Crear esta eco-granja con soluciones ambientales también les dará inclusión laboral”.

 

¿Ante qué obstáculos se enfrenta un emprendedor social?

 

“Lo más complicado es demostrar que con otros modelos de impulsión y comercio justo, se pueden generar utilidades y hacer que el negocio sobreviva sin generar riqueza absoluta. Para TÓTEM, es importante el lema de ‘no a la industrialización de la carne de conejo’ y (por el contrario) tener un respeto ancestral hacia la producción orgánica, no producir en masa. Romper paradigmas. Esto es nuevo en México y fondear es una de las cosas más difíciles: la gente felicita pero no dona”. 

 

Su proyecto pretende beneficiar a 500 familias y dar pie a mantener precios bajos de la carne, ¿cómo materializar y hacer tangibles proyectos de emprendimiento social como “TÓTEM”?

 

“Ya existen proyectos semejantes, pero TÓTEM nace en otro contexto. Estamos acostumbrados a otro tipo de cosas y no a cosas más incluyentes. Hay que demostrar a todos que se puede trabajar desde otro panorama: hay beneficios intangibles, como el generar empoderamiento en las personas y vivir de lo que nos da el suelo”.

 

¿Por qué quienes dirigen pequeñas o grandes empresas deberían trabajar bajo esquemas y principios sociales?

 

“Es muy importante porque cualquier empresa, sea pequeña, mediana o grande, está obteniendo recursos naturales, de trabajo, de transporte público, de todo y todos. Separar y pensar que nada está interconectado, es lo peor”.

 

“Todas las empresas deberían tener su parte social y ambiental (no como una manera de disminuir impuestos), pues de una u otra manera la empresa que está produciendo genera impactos al medio ambiente que se reflejan en la sociedad. No existen problemas ambientales, existen problemas sociales, que generan impacto y afectan a las comunidades más vulnerables”.

 

¿Qué falta incentivar tanto en la sociedad como en el emprendedor o empresario para que ideas de impacto social tengan lugar en el mundo?

 

“Tótem es algo que surge de que las ideas de impacto social pueden ser tangibles y queremos que la gente reaplique el modelo. El emprendimiento social es una innovación para el sistema de ingresos, de modelo de negocios, de ideas para mejorar el mundo. Pero no vivir de donaciones, sino generar ingresos propios. Falta el reconocimiento, la sensibilización, de que las cosas se valoren más en un proceso de aprendizaje, de construir entre todos. Falta desaprender todo lo que nos han enseñado; recordar que somos humanos es muy necesario. No ser el mejor, sino ser todos juntos los mejores”.

 

La expectativa sobre “TÓTEM” a corto plazo, se enfoca en obtener los 80 mil pesos por medio del fondeo, para lograr su capital semilla de 160 mil y poder construir la primera granja. Posteriormente, aplicar el mismo modelo en otra comunidad.

 

Usted puede contribuir a la gestación de “TÓTEM” por medio de donativos en el portal https://donadora.mx/projects/totem-granja-cunicola-organica.

 

Por Moisés Hernández de Santiago
fotografía: Cortesía TOTEM