La periferia como el centro de su investigación

La Academia Mexicana de Ciencias (AMC) es una asociación civil independiente y sin fines de lucro, que trabaja “bajo el principio de que la ciencia, la tecnología y la educación son herramientas fundamentales para construir una cultura que permita el desarrollo de las naciones”. La organización está conformada por científicos que cuentan con una amplia trayectoria académica, entre lo que se incluye haber trabajado con proyectos de investigación, tener publicaciones académicas y haber impartido clases, por ejemplo. En ella se promueven veranos de investigación, premios, olimpiadas, becas y otras actividades que ayuden a cumplir sus objetivos.

 

En las filas del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), hay varios miembros de la AMC, como el Dr. Jesús Arroyo Alejandre, director de la División de Economía y Sociedad, así como el Dr. Humberto González Chávez, perteneciente al Departamento de Estudios Regionales- INESER. A finales del año pasado se sumó la Dra. Edith Rosario Jiménez Huerta, investigadora adscrita al campus.

 

La doctora, cuya alma máter es la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), realizó estudios de posgrado en la Universidad de Londres y la Universidad de Essex, y además tuvo la oportunidad de trabajar en el Departamento de Geografía de la Universidad de Cambridge. Entre sus líneas de investigación están: suelo, vivienda y derechos de propiedad; geotecnologías; y planificación y gestión territorial.

 

Pero la principal línea que la investigadora ha seguido nació mientras estudiaba la Lic. en Arquitectura en la UNAM: “Desde ahí trabajé con las colonias populares, que se les conoce como asentamientos irregulares, y todo el tiempo esa ha sido mi línea de investigación. Actualmente trabajo los estudios de la ciudad y de las periferias, el enfoque fundamental es que esa división entre la ciudad y el campo no es tal y que más vale analizarlo como un todo a través del paisaje cultural, donde se incluye no solamente lo construido, sino también la cultura y la forma de vivir de las personas”, comenta en entrevista.

 

La importancia de poner el ojo en estos fenómenos radica en la realidad actual, pues Jiménez Huerta hace la observación de que el 40 por ciento de la población no tiene acceso a créditos para viviendas, por lo que las personas de bajos recursos están optando por rentar inmuebles en la periferia y en las antiguas colonias populares, lo que propicia la densificación de estas zonas.

 

Ha trabajado con la Zona Metropolitana de Guadalajara desde el año 2000, específicamente junto al grupo de investigadores de intercentros, el cual se caracteriza por ser multidisciplinario. Y de 2007 a 2013 fue parte de un proyecto de la red de investigación sobre la Tercera Generación de Políticas de Vivienda en los Asentamientos Consolidados de Bajos Recursos en Latinoamérica, en el que trabajaron investigadores de distintas nacionalidades. De este proyecto, en el que se trabajó en 11 ciudades y 9 países, nació el libro “Políticas de Vivienda en Ciudades Latinoamericanas”.

 

Sin duda, la labor que realiza la AMC es de vital importancia en un contexto como el actual, pues respecto a la labor de difusión de la ciencia, la investigadora señala: “Es muy difícil para una universidad, para un departamento o un centro universitario impulsar más la ciencia si desde la SEP, o desde el presupuesto anual que se hace a nivel federal, cada vez se destinan menos recursos para la educación en general, mucho menos para la investigación”.

 

Aunque también reconoce que a lo largo de los años, el panorama ha ido evolucionando. “Hay apoyos para la investigación en el centro y la universidad, con los pocos recursos que hay se está alentando esta actividad; antes no se concursaba, ahora ya hay convocatorias, aunque son mínimas”, declara.

 

Al cuestionarle acerca del interés de los jóvenes por hacer investigación, menciona como principal barrera los obstáculos a los que la población estudiantil tiene que enfrentarse: “Si nos ponemos a ver la situación del país y los estudiantes en general, es una situación muy difícil, donde lo que le interesa a la mayoría es terminar la carrera y ponerse a trabajar porque necesitan ganarse la vida, incluso cuando están estudiando siempre están trabajando para mantenerse, entonces es muy difícil dedicarse a la investigación”, concluye.

 

Texto y Fotos: Daniela Ruiz Velasco