Prodigios de las manos artesanas

Desde este Lunes se encuentra una exposición de artesanías en los pasillos de los edificios C, D, y E del CUCEA. Son 10 puestos que ofrecen desde aretes de pluma, collares de semillas encapsuladas, pulseras de cuero, hasta dulces típicos, figuras de barro, artesanías de metal y corcholata artística. Los artesanos estarán hasta el viernes primero de noviembre.

Esta expo-venta se organiza a través de la Casa del Artesano, la cual recibió la invitación por parte de autoridades de la UdeG. Para Fernando León, artesano de metales y también administrador de empresas, este tipo de eventos en un Centro Universitario, como el CUCEA, es relevante, ya que abre puertas para relacionarse con la comunidad universitaria y puede dar a los alumnos una visión de negocio enfocada a la artesanía. "Cuando buscas abrir un negocio, lo primero que piensas es en un restaurante, un bar... la verdad eso ya está muy explotado. La artesanía te ofrece un negocio atractivo, novedoso, que puede ser muy redituable", menciona.

Fernando León comenzó a trabajar el metal a los 15 años junto con su hermano, quien fue el que inició con el negocio. Estudió administración, y después de trabajar para algunas empresas se dio cuenta que el negocio de la artesanía podía ofrecerle mejores ganancias; desde entonces se dedica de lleno al negocio familiar en el que ayuda en el acabado de las piezas y principalmente se dedica a gestionar los lugares donde se presentan y a establecer contactos.

Para Fernando, lo que se necesita es que las personas dentro del Estado valoren el trabajo de los artesanos, ya que al tener demanda se les hace fácil regatear el precio de los productos, algo que gente de otros lugares no hace.

Otro de los artesanos presentes en el CUCEA, Jorge Méndez Macías, acapara la atención al estar realizando sus creaciones de barro frente a la mirada de espectadores. él lleva cerca de 35 años como artesano, su padre y su abuelo también se dedicaron a realizar figuras de barro. Siente un poco de melancolía al saber que la tradición se perderá, ya que sus hijos no desean seguir su oficio, pero también entiende que la inseguridad económica en este oficio limita que continué de generación en generación.

Con un palillo, una rueda de juguete, un palito y un hilo como herramientas, además de un gran amor a su trabajo, don Jorge comienza a transformar la arcilla en diversas figuras que tienen como costo lo que cada persona quiera dar, "lo principal es que se lleven un recuerdo de lo que vieron aquí", comenta.


La arcilla con la que trabaja don Jorge es una mezcla especial que él mismo prepara y vende a tiendas naturistas y a quien desea trabajar el barro, también vende tornos que él mismo hace y da clases en la Casa del Artesano. Don Jorge se ha presentado varias veces en Estados Unidos, así como en diversas escuelas y exposiciones.

Ficha: Expo-venta de artesanía. Pasillos de los edificios C, D, y E. Hasta el viernes primero de diciembre.

Texto: Norma Ruiz

Foto: Yudith López